Finalmente he vuelto a retomar la costumbre de actualizar el blog, llevo un tiempo con todas las energías concentradas en algunos proyectos de Arquetipos Consultores y me he mantenido alejada del blog.
Para retomar el blog y a propósito de la presentación pública de un proyecto formativo dirigido a directivos sobre comunicación quiero dedicar este post a este tema.
La comunicación es para muchos, unos de los procesos más importantes dentro del ámbito profesional y personal, sin embargo, pocos directivos y organizaciones toman conciencia de esta realidad.
Esto sucede porque se cree que comunicarse es algo sencillo, puesto que lo hacemos desde que aprendemos a hablar. Pero resulta que la comunicación es más que las palabras, se trata de todo un proceso de transferencia y comprensión de significados.
La realidad de la comunicación en la organización, está compuesta por acontecimientos organizacionales dotados de significados, símbolos, lenguajes, cultura organizacional, identificación organizacional, discursos públicos, ejercicios de poder y control mediante la distorsión del proceso comunicativo, etc. Por consiguiente, a través de la comunicación las personas pueden establecer relaciones interpersonales funcionales que les permitan trabajar de forma conjunta y lograr los resultados esperados.
En vista de lo anterior, es evidente la importancia de la comunicación para la subsistencia de las organizaciones, para que funcionen y logren objetivos; aunque paradójicamente muchas de estas organizaciones carecen de mecanismos efectivos y transparentes de comunicación, quedando esto evidenciado en los diferentes estudios e investigaciones donde la principal causa de conflicto son las deficiencias en el proceso de comunicación.
Como ya he dicho en otro post, dentro del proceso de la comunicación efectiva la principal barrera es que lo consideramos un acto natural y pocas veces las personas se cuestionan si lo hacen efectivamente o por el contrario podrían mejorar sus habilidades dejando la comunicación en un acto inconsciente.
Muchos autores consideran importante para el desarrollo de esta habilidad, que sea incluida en los programa de formación universitarios, particularmente considero que deberíamos empezar desde tempranas edades.
La buena noticia es que si podemos mejorar nuestra habilidad para comunicarnos, y si la persona es un directivo o personas con autoridad dentro de la jerarquía organizativa, tiene la responsabilidad de hacerlo.
La comunicación es efectiva cuando alcanza sus metas y se ajusta lo que se espera en una situación. Para ello, debe tenerse en cuenta algunos aspectos ya comentados previamente en este blog:
Lo primero a tener en cuenta es que la comunicación es continua, la comunicación al ser verbal y no verbal siempre permite que emitamos mensajes y que los otros puedan deducir o sacar algún sentido al respecto. Por consiguiente, es imposible no comunicarse. Somos como un emisor constante de señales comunicativas.
Esto sucede porque estamos enviando constantemente mensaje conductuales, de los cuales, las otras personas pueden sacar alguna conclusión. Incluso si permanecemos en silencio, los demás pueden construir un mensaje porque el comportamiento no verbal representa reacciones a lo que sucede en el entorno y la interacción con las personas de alrededor.
De lo anterior, podemos decir (y Spitzberg, 1997, p.379 así lo dice) que nos comunicamos efectivamente cuando nuestro comportamiento comunicativo se ajusta a una situación dada y logra sus metas. Dado que la comunicación es el centro de cómo nos relacionamos con los otros.
Esta comunicación se enfoca en escuchar activamente y responder orientados a desarrollar, mantener y mejorar las relaciones con los otros.
Por ello, os invito a reflexionar ¿cómo estamos escuchando a los que tenemos alrededor nuestro? ¿Mi respuesta es ajustada a las necesidades de la persona con la que estoy interactuando o por el contrario empeora la situaciones?